Tras un par de semanas de intenso y rutinario trabajo en la productora, aprovecho el blog para expresar una reflexión sobre un tema tratado en la mayoría de medios de comunicación la semana pasada y que deja claro que algo tiene que cambiar en el medio audiovisual. Me refiero a la espectacular asistencia de público en los cines de toda España durante los tres días que ha durado la de denominada Fiesta del Cine.
Ha sido alucinante ir un día de diario al cine (sin ser el día del espectador) y que pareciese un fin de semana de lo lleno que estaba. Ni 3D ni gaitas, lo que atrae al publico es el precio. A la gente le gusta consumir cultura, pero a un precio justo y esta iniciativa lo deja bien claro. Señores, si ofrecen precios razonables su beneficio está en el volumen de entradas vendidas a menor precio y no al revés, consiguiendo además que la gente se baje menos películas de forma ilegal. La gente quiere seguir yendo al cine, pero no a cualquier precio.
Los cines están reaccionando con ofertas (como la magnífica tarjeta 5 de Cine Sur, con la que puedes ir al cine todo un año a cualquier sesión por 5€) y contenidos alternativos (conciertos, contenidos locales y cercanos al espectador, competiciones deportivas…) para mantener y aumentar la asistencia a las salas, pero el principal problema sigue siendo el precio, engordado por impuestos e intermediarios propios de otra época que en industrias como la musical, están empezando a desparecer.
Hoy en día el coste de las producciones audiovisuales y su distribución se ha reducido enormemente con los medios digitales (hasta ciertos límites, claro, una superproducción como Los Vengadores o Transformers, cuesta lo que cuesta, evidentemente!) y está claro que cada vez más productores independientes se están encargando de distribuir ellos mismos los contenidos a través de las nuevas plataformas como Youtube (con contenidos de pago), iTunes, Play Store y similares… debido a que poseen un mayor control sobre su difusión, y al no haber tantos intermediarios, pueden bajar los precios para hacerlos mucho más asequibles para el público, cuya audiencia potencial puede ser igual (o mayor!) que la de los cines.
Pero el cine en sala, tiene una ventaja sobre dichas plataformas, que debería aprovechar para llevarse el gato al agua, y es que a los que nos gusta el cine, nos gusta disfrutarlo en las gigantescas pantallas de una oscura sala, eso es una verdad como un templo, es como un ritual, pero claro, no a precio de oro. Como pasó con la industria musical, el audiovisual tiene que adaptarse a los avances y a las nuevas formas de consumo, el público lo ha dejado claro, quiere cine pero NO a precio de oro, algo tendrá que cambiar en el modelo de producción-distribución.
Y tras esta tostada de reflexión personal, aprovecho para presentar a nuestra nueva colaboradora del blog Isabel Menor, trabajadora de esta productora, que aportará con sus artículos y reflexiones su punto de vista sobre este mundillo tan apasionante como es el audiovisual. Yo por mi parte, aumentaré el ritmo de las publicaciones en el blog con varias galerías de fotos que ya tengo casi listas y las novedades sobre el próximo proyecto de ficción que estamos empezando a mover… ale, saludos!